Este miércoles 7 de agosto, la región de Tarapacá vivirá un masivo simulacro de sismo y tsunami, en el que se recreará un escenario de un terremoto de magnitud 8.2. El evento tendrá como epicentro un punto ubicado a 73 kilómetros al oeste de Pisagua, con una profundidad de 39 kilómetros. La simulación será parte del noveno simulacro regional de emergencia, informó el delegado presidencial de Tarapacá, Daniel Quinteros.
El simulacro, que movilizará a más de 112 establecimientos educacionales y alcanzará a un potencial de 80 mil personas, tiene como principal objetivo evaluar y fortalecer las capacidades de respuesta de la comunidad ante una eventual catástrofe. Este ejercicio busca preparar a la población para actuar con rapidez y eficiencia ante un terremoto y posterior tsunami, escenarios altamente probables en una región sísmica como Tarapacá.
El delegado Quinteros subrayó la importancia de este tipo de ejercicios preventivos, destacando que “es fundamental que la comunidad participe activamente y tome conciencia de los riesgos que enfrentamos”. Además, aseguró que durante el simulacro se emplearán tres mecanismos de alerta distintos para garantizar la difusión masiva del evento.
Entre los sistemas de alerta, Carabineros, Bomberos y la Armada serán los encargados de activar las alarmas mediante sus sistemas sonoros, avisando a la comunidad sobre la evacuación por tsunami. Paralelamente, se activarán las sirenas desplegadas a lo largo del borde costero, complementadas por el Sistema de Alerta de Emergencias (SAE), que enviará mensajes de texto y alarmas sonoras a todos los celulares compatibles dentro de los polígonos designados.
Quinteros hizo un llamado a la comunidad que reside en las zonas costeras de Iquique y Huara a sumarse a este importante ejercicio preventivo, que representa una oportunidad para mejorar la preparación ante una emergencia real. “Nos estamos anticipando a los riesgos, y queremos estar listos para responder de la mejor manera posible en situaciones críticas”, concluyó.
El evento es parte de los esfuerzos continuos de la región por incrementar la conciencia y la preparación frente a desastres naturales, con el fin de minimizar riesgos y salvar vidas en una eventual crisis.