En Chile, los accidentes cerebrovasculares (ACV) se han transformado en una de las principales causas de muerte entre la población. De hecho, se estima que cerca de 25 mil nuevos casos se detectan al año y más de 8 mil 700 personas pierden la vida por esta emergencia médica en nuestro país, lo que equivale a un fallecimiento por hora.

Según explicó el doctor Álvaro Vidal, neurólogo de Clínica MEDS, “el ACV es una condición neurológica aguda, corresponde a una emergencia médica, en la que se compromete el riego arterial o el retorno venoso del cerebro. Dentro de los mecanismos principales que pueden dar esta condición se puede dar por una causa isquémica, vale decir, un trombo o una placa de ateromas que ocluye un vaso, que impide el paso de la sangre a un territorio arterial específico que esté irrigado por esa arteria”.

El especialista agregó que “también, podemos tener un ACV hemorrágico, y ahí lo que ocurre es la ruptura de una vaso sanguíneo con el secundario hematoma o salida de sangre, hacia el cerebro en sus diferentes zonas, lo que también puede provocar síntomas. Y otra posibilidad es una trombosis de las venas, que disminuya el flujo venoso a nivel cerebral con las consecuencias que eso pueda tener”

Respecto a los síntomas más usuales que se presentan ante un episodio de ACV, el neurólogo de Clínica MEDS aseguró que “todo va a depender de la zona del cerebro que esté comprometida y los principales síntomas son la desviación de la comisura labial, vale decir, el ángulo de la boca se desvié, como también, el tener dificultades para expresar el lenguaje o para comprenderlo, o ambas incluso. También, puede haber problemas de movilidad o disminución de la sensibilidad de la mitad derecha o izquierda del cuerpo. Hay algunos síntomas adicionales que también pueden implicar disminución del campo visual, también nos debe alertar una cefalea muy intensa desde el comienzo y en algunas otras ocasiones, incluso puede manifestarse como convulsiones propiamente tal”.

En relación a los factores de riesgo que hacen a las personas más propensas a sufrir esta condición, el facultativo de MEDS afirmó que “existen diversas situaciones relacionadas a la posible aparición de un ACV. La más importante de todas tiene que ver con la presencia de hipertensión arterial. Esta patología, que se da en un 25% de la población en general y es una situación muy frecuente, se debe detectar a tiempo y tratar de forma adecuada, con el fin de disminuir los riesgos. Otra cosa importante es pertenecer al sexo masculino y tener una edad avanzada, que también predispone a la posibilidad de tener esta condición. También, hay que prestar atención a las patologías que sean protrombóticas”.

“Se debe hacer chequeos médicos regulares, por lo menos anuales, con el fin de detectar precozmente enfermedades y tratarlas. Por otro lado, se requiere tener una actividad física adecuada, tener una alimentación saludable, salir del sedentarismo, el manejo del estrés también es muy relevante y, por supuesto, reducir el consumo de alcohol y tabaco van a ser importantes a la hora de prevenir esta situación”, añadió el especialista en neurología.

Sobre la importancia de actuar a tiempo ante esta emergencia médica, el médico de Clínica MEDS aseguró que “la población debería conocer la escala de Cincinnati y que se creó para poder detectar de forma muy rápida y precoz un ACV. Es bien sencilla: brazo, cara y hablar raro. Cualquiera de estos síntomas en conjunto o por separado por sí solo pueden ser una clara alerta que hay que correr a urgencia, porque en el fondo es tiempo del cerebro. Por cada minuto de cada accidente vascular que no tratemos estamos perdiendo aproximadamente 2 millones de neuronas, de modo que la mayoría de los tratamientos útiles se sitúan hasta las 4,5 y 6 horas desde el inicio de los síntomas. Ir oportunamente al hospital o al centro de salud más cercano, va a hacer una de las mejores cosas que se le puede brindar a la persona que sospechemos que está con esta condición”

Consultado sobre las secuelas que podría generar este acontecimiento, el doctor Vidal aclaró que “van a depender del área afectada del cerebro, de la celeridad con la que se consulte en la urgencia y la posibilidad de realizar los tratamientos que hay que administrar en el tiempo adecuado y correcto”.

Respecto a los tratamiento que se emplean, el especialista de Clínica MEDS aseguró que “si la persona tiene un ACV isquémico hay dos grandes tratamientos: la trombólisis, que es la administración de un medicamento con el fin de disolver el trombo a nivel cerebral. La otra, es la trombectomía mecánica, que es ingresar a través de las venas de la pierna hasta el cerebro y retirar el trombo directamente. Obviamente, el paciente para ambos tratamientos deben cumplir con ciertos criterios específicos y ahí se ve si es candidato real o no”.

“Si se trata de una trombosis en las venas del cerebro hay que dar anticoagulación, vale decir, un medicamento para disolver ese trombo, y en el caso de los ACV hemorrágicos, ahí hay que ver si el paciente tiene que someterse a una neurocirugía o no. Ante la sospecha de cualquier accidente cerebrovascular es importante acudir a urgencias a la brevedad posible”, complementó.