Este material se podría utilizar en infraestructura expuesta a la marea, revestimiento de túneles o reforzamiento de estructuras.

Una investigación de la Universidad de los Andes está desarrollando un hormigón dúctil con materiales chilenos capaz de deformarse 700 veces más que uno tradicional, lo que le permite ser más resistente a golpes y ambientes adversos. Esto es posible debido a que el producto diversifica un impacto recibido generando una serie de grietas diminutas.

Así lo explica el director de la investigación y académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes, Álvaro Paul. “La idea de este material es que la primera grieta no genere la falla. La energía aplicada se va disipando en varias grietas de bajo espesor que permite que este material se vaya deformando sin fallar. Además, es capaz de tomar cada vez más carga, mientras se van produciendo las grietas”.

Este tipo de hormigón es de alta durabilidad y resistente a los impactos, por lo que se podría utilizar en infraestructura expuesta a la marea, revestimiento de túneles, reforzamiento de estructuras, entre otros ambientes críticos.

“En Chile hay cada vez más interés por la durabilidad de los materiales, ya que la durabilidad es un punto débil de la infraestructura chilena. Entonces, uno de los grandes desafíos para la construcción, considerando todos los kilómetros de costa que tenemos, es la durabilidad”, señala Paul, quien además desarrolla el proyecto con tres alumnos del Magister de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de los Andes.

Los materiales utilizados para fabricar este hormigón son locales y son similares a los de un hormigón tradicional. Además, se está evaluando incorporar otros elementos que permitan bajar su huella ambiental.

Se espera que este producto entre en uso comercial en dos años más, dependiendo del interés de las empresas cementeras. La investigación también cuenta con la colaboración de Florida State University y Michigan State University de Estados Unidos.