Tras la reciente aprobación por parte de la Unión Europea (UE) de la primera ley que regula el uso de la Inteligencia Artificial, la cual establece ciertos criterios que salvaguardan los derechos fundamentales de los ciudadanos y garantizan la democracia y el Estado de derecho frente a los posibles riesgos en el uso de esta tecnología, así como fomentan la innovación en este campo, la Asociación de Empresas Chilenas de Tecnología (Chiletec) hizo un llamado para que la futura legislación de nuestro país se norme por principios, y no por tecnologías o soluciones específicas.
Según explicó Carlos Parker, director de la asociación gremial, “esta legislación tiene varias ventajas, incluyendo la promoción de la innovación, la garantía de la ciberseguridad y la privacidad, y la consideración de aspectos éticos en los sistemas de IA. La UE también ha adoptado una postura firme en la protección de los derechos individuales y la privacidad, especialmente en el ámbito digital, mediante la adopción de legislaciones que otorgan a las personas un mayor control sobre sus datos personales”.
Parker agregó que “también hay posibles efectos negativos. La regulación de los sistemas de IA podría poner a los desarrollos europeos en desventaja competitiva en comparación con otras partes del mundo donde no existen tales restricciones. Se espera que esta sea una ley que prohíba tecnologías peligrosas impulsadas por IA, pero hay preocupaciones de que no vaya lo suficientemente lejos para proteger los derechos humanos, especialmente para las comunidades marginadas. Por otro lado, si bien se alcanzó a incluir a tecnologías como ChatGPT, no menciona quizás el más importante de los hitos futuros: la Artificial General Intelligence (AGI), que muestra habilidades en distintos dominios al mismo tiempo, igualando o sobrepasando la capacidad cognitiva humana”.
En este sentido, el miembro del directorio de Chiletec aseguró que “el contexto europeo es muy distinto al chileno, pero eso no significa que no podamos rescatar su trabajo como una importante referencia. Se debe adoptar un enfoque similar al de la UE que clasifique las aplicaciones de IA según su nivel de riesgo, aplicando regulaciones más estrictas a aquellas con mayores riesgos potenciales. También, se debe asegurar que los sistemas de IA sean transparentes en su funcionamiento y que las decisiones puedan ser explicadas, especialmente en aplicaciones críticas. Es muy importante fortalecer las normas existentes de protección de datos personales en el contexto del uso de IA, alineándose con estándares internacionales”.
En relación a los ejes estratégicos que debería tener una futura norma IA en Chile, Parker afirmó que “es necesario fundamentarse en principios de ética, transparencia, y responsabilidad, considerando la naturaleza cambiante de la tecnología. Debe promover un equilibrio entre fomentar la innovación tecnológica y proteger los intereses de la sociedad, ya que al igual que la ley Europea, su misión debe ser integrar estas tecnologías en la sociedad, y no detener su avance. Además, esta norma debería ser suficientemente flexible para adaptarse a la evolución tecnológica sin requerir modificaciones constantes, asegurando que los principios fundamentales permanezcan pertinentes y efectivos con el tiempo. Es decir, debe regular principios y no tecnologías o soluciones específicas”.
“El desarrollo y la adaptación de tecnologías basadas en IA, en todas las industrias, es una carrera contra el tiempo. La capacidad competitiva de los países estará íntimamente ligada a la rapidez y efectividad con la que logren adaptar esta tecnología a su capacidad productiva. Por lo tanto, es fundamental que una futura ley asegure una integración segura pero efectiva de esta tecnología, ya que Chile no podrá competir en el mercado internacional en el futuro sin haber adoptado la IA en todos los niveles. Por otro lado, debemos tener mucho cuidado con los organismos reguladores, y que no se establezcan exigencias tan grandes y costosas que solo las grandes corporaciones sean capaces de cumplir”, añadió el director del gremio que representa las pequeñas, medianas y grandes empresas tecnológicas del país.
En relación al proyecto de ley de Inteligencia Artificial que se está debatiendo actualmente en el Congreso, el especialista finalmente aseguró que “aunque se intenta adaptar la experiencia internacional, enfrenta retos debido a improvisaciones y malentendidos. Necesita mejoras significativas con la colaboración de expertos nacionales y extranjeros. Es esencial que la futura legislación en Chile sea cautelosa, detallada y flexible, incorporando a todos los actores sociales relevantes en un proceso que permita desarrollar políticas sostenibles y adaptables. Además, cualquier mecanismo regulatorio, como una Comisión Nacional de IA, que dicho sea en la forma actual en la que está actualmente planteada en el proyecto es a todas luces una pésima idea, debe procurar proteger a la sociedad de los potenciales riesgos, y al mismo tiempo fomentar la innovación sin añadir una burocracia que pueda retrasar el progreso tecnológico y la competitividad del país, y deje fuera a las pequeñas y medianas empresas”.